1. Mejora la Salud Cardiovascular

El ejercicio regular fortalece el corazón y mejora la circulación sanguínea, lo que puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, el infarto y el accidente cerebrovascular. Actividades como caminar, nadar o andar en bicicleta son excelentes para mantener el corazón sano.

2. Fortalece los Músculos y los Huesos

La pérdida de masa muscular y densidad ósea es común en la tercera edad. La actividad física, especialmente los ejercicios de resistencia como el levantamiento de pesas ligeras y el yoga, puede contrarrestar estos efectos, reduciendo el riesgo de osteoporosis y caídas.

3. Mantiene la Flexibilidad y el Equilibrio

El ejercicio regular ayuda a mantener la flexibilidad y el equilibrio, lo que es crucial para prevenir caídas, una de las principales causas de lesiones en personas mayores. Actividades como el tai chi y el yoga son particularmente beneficiosas para mejorar el equilibrio y la coordinación.

4. Mejora la Salud Mental y Emocional

La actividad física tiene efectos positivos en la salud mental, ayudando a reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad. El ejercicio libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que pueden mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés. Además, participar en actividades grupales fomenta la socialización y combate el aislamiento social.

5. Favorece la Independencia

Mantenerse físicamente activo ayuda a las personas mayores a realizar sus actividades diarias con mayor facilidad y sin ayuda. La independencia funcional contribuye a una mayor autoestima y calidad de vida.

Tipos de Actividades Físicas Recomendadas

1. Ejercicio Aeróbico

Caminar, nadar, andar en bicicleta y bailar son excelentes opciones de ejercicios aeróbicos. Se recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana, distribuidos en varios días.

2. Entrenamiento de Fuerza

El uso de pesas ligeras, bandas de resistencia o incluso el peso corporal puede ayudar a fortalecer los músculos. Dos o tres sesiones de entrenamiento de fuerza por semana son suficientes para obtener beneficios.

3. Flexibilidad y Equilibrio

El yoga, el pilates y el tai chi son ideales para mejorar la flexibilidad y el equilibrio. Dedicar tiempo a estos ejercicios unas pocas veces a la semana puede marcar una gran diferencia en la movilidad y la prevención de caídas.

4. Actividades Recreativas

Jardinería, paseos por el parque, juegos de bolos o cualquier otra actividad que sea placentera también cuenta como ejercicio y tiene beneficios adicionales para la salud mental y social.

Consejos para Iniciar una Rutina de Ejercicios

1. Consultar con un Médico

Antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, es importante consultar con un médico, especialmente si se tienen condiciones de salud preexistentes.

2. Comenzar Poco a Poco

Iniciar con actividades suaves e ir aumentando la intensidad y duración gradualmente. Escuchar al cuerpo y evitar el sobreesfuerzo es crucial.

3. Establecer Metas Realistas

Establecer metas alcanzables y realistas puede ayudar a mantener la motivación. Celebrar los pequeños logros es importante para mantenerse comprometido.

4. Incluir Variedad

Incorporar diferentes tipos de actividades para evitar el aburrimiento y trabajar distintos grupos musculares. La variedad también ayuda a mantener el interés y el compromiso.

5. Hacerlo Social

Hacer ejercicio con amigos, familiares o en grupos puede ser más motivador y divertido. La socialización también es un beneficio adicional para la salud mental.

Conclusión

Es nunca demasiado tarde para empezar, y cada pequeño paso cuenta. Con la orientación adecuada y un enfoque gradual, las personas mayores pueden disfrutar de los múltiples beneficios que ofrece una vida activa.

/Rodolfo Thiede